¡¡¡ ERAN OTROS TIEMPOS !!!
El ciclismo es sin duda un deporte épico, con un impresionante pasado que roza...casi la leyenda.
Todo apunta a que la teórica primera competición de este deporte en el mundo fue el Grand Prix de la Ville d´Amiens, en 1865. Pero por lo que a España se refiere, los primeros indicios del ciclismo de competición datan de 1870, más o menos.
Anuncio de 1919, era sin duda una gran bici, la mejor, y fuera del alcance económico de una gran mayoría.
La fiebre
velocipédica se expandió por la Península Ibérica y
dio lugar a la disputa de carreras en
Felanitx (
Mallorca), en 1885;
Valladolid, 1886;
Vitoria, 1889; Granada, 1890, etc. Años después en 1902, nació un nuevo concepto de ciclismo: el de las grandes carreras por etapas, encarnadas en una prueba colosal, el
Tour de Francia. A ésta le siguió en 1909 el Giro de Italia, un año después de que en España naciera la Vuelta a
Tarragona, prueba que sobrevivirá hasta nuestros días.
Anuncio de 1895 aparecido en una revista de Madrid. Se trataba, sin duda, de una actividad
dirigida principalmente a una clase media.
Bicicleta de 1830. Se trataba del resultado de la evolución de un juguete, en concreto del
Célerifére que venía a ser un chasis macizo de madera con forma de animal y con dos ruedas, con el que sólo se podía ir en linea recta.
"Bicicleta" de alrededor del año 1880.
Velocípedo de 1862 de los hermanos Michaux.
La bicicleta "
Rover Safety" de 1885, marcó el inicio de la bicicleta tal como la conocemos en nuestros días.
Velocipedistas zaragozanos de finales del siglo XIX. La bicicleta era un objeto de lujo, de imposible acceso para los bolsillos de la mayoría. Por aquellos años se podían adquirir marcas como: Rochet, Clément, Harpour, Ormonde o Gladiator por precios que podían estar entre las doscientas y setecientas pesetas.
Fundadores de la Unión Ciclista Barbastrense. En el centro de la fotografía se puede apreciar a Manuel Ricol Giner, pionero y decano del velocipedismo nacional. Este señor de barba profunda empezó a montar aquellos pesados velocípedos (pesaban más de 35 kg) hasta que se crearon las primeras bicicletas de carreras con neumático. Puede que sea el único en la historia del ciclismo español, que haya practicado con el modelo de velocípedo Michaud 1860.
Finales del siglo XIX. Algunos integrantes de la Unión Ciclista Barbastrense posando para la posteridad. Ricol contagió a la ciudad de Barbastro la fiebre de la bicicleta, junto con la ciudad de Huesca fueron valorados en el ranking nacional, siendo los artífices del "Campeonato Español de Resistencia" de 1892, el recorrido fue Barcelona-Reus-Barcelona. El también campeón altoaragonés Gregorio Campaña colaboró muy estrechamente con Manuel Ricol en divulgar esta nueva moda o sport.
En el museo
Henry Ford de
Detroit se pueden apreciar estos modelos originales de velocípedos.
Año 1895, el
Sr.
Julián Lozano, de Madrid, fue el vencedor de la carrera Salamanca-Madrid, invirtiendo 9 horas 18 minutos en los 208 km. de competición. La revista Blanco y Negro se hizo eco de la noticia y añadió los siguientes comentarios:
" De tal modo se propaga en la corte el entusiasmo por el sport velocipédico, que materialmente se le ve...extenderse, crecer, tocar las nubes, como dijo el poeta. A diario cuenta el ciclismo con adhesiones importantes. Hoy es el ilustre Echegaray quien se decide al aprendizaje, y hay que oirle en el Ateneo todas las tardes ponderar las ventajas y utilidad de la bicicleta con el sprit característico de nuestro gran dramaturgo; otro día es Vital Aza quien se lanza al nuevo deporte, poniendo en un aprieto a las casas constructoras si han de hacerle un velocípedo á la medida; de hora en hora aumentan los prosélicos entre las clases más ilustradas y la gente más distinguida de Madrid; la prensa profesional aumenta del mismo modo, y crece también en geométrica proporción al número de lujosas tiendas y almacenes que en soberbios escaparates exponen ejemplares de las mejores marcas...".
Velocipedista de finales del siglo XIX. Un pequeño porcentaje de ellos logró hacer del ciclismo su modo de vida.
Por aquellos lejanos tiempos existían ya concursos ciclistas, con jueces, entrenadores y...bastante dinero para las estrellas del momento.
Los ciclistas profesionales de hace más de cien años, monopolizaban las carreras de mayor dificultad y dotación económica.
Sin duda era el caballo de acero de la clase media, de los que no podían acceder a carruajes y coches de lujo. Muchos la utilizaron para brillar y sacarse unas pesetas compitiendo.
Julián Lozano, una de las figuras del momento, ganó en un jornada 700 pesetas, tras haber disputado tres carreras, principalmente celebradas en velódromo.
Corría el año 1925 y se disputaba la 5º etapa de la vuelta a Andalucia. Un caballo de la Guardia Civil se desbocó produciendo el pánico entre los participantes, que se disponían a disputar una prima. Los asustados corredores eran: Barruetabeña, Ricardo Montero y Telmo García.
¡Sin duda, ...eran otros tiempos! . Lo que la imagen muestra pertenece a un glorioso pasado de un deporte épico como pocos. Sufrimiento agónico, peculiares coches de asistencia... la leyenda estaba servida, pero a que precio !!
Vicente Blanco "el Cojo" un ilustre pionero. Tenía 26 años cuando decidió probar fortuna en el Tour de Francia, corría el año 1910.
Vicente se ganó el apodo de "el Cojo" por dos desgraciados accidentes laborales que a punto estuvieron de dejarle inválido a la edad de 20 años. El primero sucedió en la siderurgia "La Basconia", cuando una barra de metal incandescente le entró por el talón en dirección de abajoa arriba, y le fue a salir por entre los dedos pequeños, con lo que todos sus músculos que daron cortados y el pie destrozado literalmente. Y en el otro pie, el derecho, otra desgracia. Un accidente similar -esta vez en los diques de Euskalduna- que se llevó los cinco dedos. Los médicos hicieron lo imposible por su recuperación, pero fue el propio Vicente, quien a base de tenacidad y esfuerzo lograría superar esta tara hasta el punto de proclamarse campeón de España en ruta, cuatro años más tarde.
Vicente Blanco abandonó el ciclismo a los 32 años, dedicándose a traer camiones y coches desde la frontera francesa. Con él desaparecía parte del ciclismo primigenio, aquel que se nutría de héroes en lugar de atletas.
Tour de Francia de 1929, el futuro del ciclismo español estaba por escribir, pero el triunfo de Salvador Cardona (derecha) en la estapa de Luchón, supuso un punto y seguido.
Cardona, cuyo palmarés también incluye triunfos como la Volta a Catalunya, un Campeonato de España y una Vuelta a Galicia, abrió la cuenta hispana en una de esas jornadas que el ciclismo moderno no se atreve ni a proponer: 363 kilómetros de recorrido y puertos como el Tourmalet y el Aubisque, para completar una jornada de más de 16 horas sobre la bicicleta.
A la dureza de sus pendientes, el Aubisque añadía el pésimo estado de su calzada. Pero eso no bastó para frenar la cabalgada del luxemburgués Nicolás Franz en el Tour de Francia de 1928.
En la fotografía aparecen René Vietto y Antonin Magne. Este último fue uno de los ciclistas más populares de su época y protagonizó, junto a René, una de las más bellas leyendas del Tour. A lo mejor no es como lo cuentan, pero es una de esas historias que da pena desmentir (Ciclismo a fondo).
Fausto Coppi (derecha) vigila a Apo Lazarides, para dar el golpe definitivo. Gino Bartali y Jean Robic, algo retrasados, no formaban parte de la batalla.
Tour de Francia de 1930. En la imagen
André Leducq (ganador de los
Tour de 1930 y 1932) y
George Brosleaux bromean en la etapa entre
Burdeos y
Bayona.
Giro de Italia de 1950. El "self-service" era cosa de todos los días, todavía no existían las actuales sofisticaciones de coger el bidón de agua directamente del coche del director.
Mariano Cañardo fue el brillante vencedor del Campeonato de España de un lejano 1933.
El grandísimo Fausto Coppi en una de las etapas de montaña del Tour de Francia de 1952.
Aunque no lo parezca se trata del
Tour de Francia. Las carreteras no siempre tuvieron el "impecable" aspecto de nuestros tiempos.
Fausto Coppi en los Alpes. Estaba a punto de ganar su segundo Tour de Francia y la foto dió la vuelta al mundo.
El capeonísimo español Jesús Loroño ascendiendo el Aubisque durante el Tour de 1953.
Louison Bobet y Jesús Loroño en un mano a mano durante el Tour de Francia de 1953.
Etapa montañosa en el Tour de 1954, en primer plano Dotto que encabeza la dura ascensión.
¡Poquer de ases españoles de los años 30! Mariano Cañardo, Vicente Trueba, Luciano Montero y Federico Ezquerra...casi nada!.
Bahamontes pasando el Galibier de amarillo.
Federico Martín Bahamontes, primer español en ganar una Vuelta a Francia, ocurrió en 1959.
Louison Bobet y Jacques Anquetil en plena ascensión al Aubisque.
Federico Martín Bahamontes y Jacques Anquetil, toledano y normando. El uno arrasaba en montaña y el otro barría en la contrarreloj. Sin duda dos bellos exponentes de una época gloriosa.
Tour de Francia de 1958, Jacques Anquetil y Nencini encabezando un numeroso grupo de corredores.
La Vuelta a España de 1960 entrando a Zaragoza, por un Puente de Piedra perfectamente adoquinado y con los correspondientes railes del tranvia ... como para preparar el sprint !!.
Lousion Bobet saludando a la familia en el transcurso de una etapa del Tour, demasiados días fuera de casa!!.
Federico Martín Bahamontes (izquierda) y Julio Jiménez sumaron hasta ocho triunfos de etapa en los años 60 y fueron los completos dominadores en jornadas de montaña.
El primer ganador español del Tour sentenció su triunfo final en 1959 en una crono en cuesta, en la perla del Macizo Central, el Puy de Dome, donde el toledano asestaba el golpe de gracia a sus rivales.
Guillermo Timoner, Miguel Más y Miguel Poblet, aunténticas leyendas del ciclismo español.
Raymond Poulidor (el eterno segundo), Lucien Aimar y Roger Pingeón, un trio que labró la gloria del ciclismo francés durante una época.
Luis Ocaña y Eddy Merckx.
Jacques Anquetil en el Gavia, era un 8 de junio de 1960.
Tour de Francia de 1975. Bernard Thevenet se marcha de Eddy Merckx en su asalto definitivo al maillot amarillo del Tour, Eddy quedó en segunda posición y murió matando, como siempre.
Tour de Francia de 1966. Lucien Aimar luce el maillot amarillo junto a su compañero de equipo Jacques Anquetil. En aquella ocasión el campeonísimo tuvo que rendirse ante el poder de un gregario.
Eddy Merckx, el más grande ciclista de todos los tiempos, sin lugar a dudas.
La fotografía corresponde al Giro de Italia de 1972, por las nevadas rampas del Stelvio. Fuente sería el gran vencedor, también Galdós y López Carril junto al gran Eddy, mantuvieron un duelo impresionante y hermosísimo.
De cualquier forma los tiempos heróicos de grandes aventureros y románticos, ya no existía, éste era ya otro cilismo.
Miguel Indurain ya es de otra época, alejada de aquellos pioneros y aventureros. En la fotografía aparece junto a Ger Jan Theunisse y Claudio Chiappucci.
Sirva esta imagen como homenaje y recuerdo a uno de los más grandes del ciclismo mundial de todos los tiempos, con permiso de Hinault, Merckx, Armstrong, coppi y algún otro.