viernes, abril 24, 2009

Subida al Moncayo, ¡ya han pasado 20 años!




Corría el año 1932 y el Moncayo ya era lugar de encuentro de montañeros y amantes de la naturaleza.


El Moncayo espacio natural protegido, siempre rodeado de un halo de misterio y leyenda.
Constituye un enclave natural de singular valor, ubicado entre la meseta castellana y el valle del Ebro. La altitud, con el Pico Moncayo o San Miguel es de 2315 metros, enclave único con especies propias de ambientes húmedos en su cara norte, mientras que en su cara sur aparece el mundo mediterráneo en todo su esplendor. En sus laderas, se diferencian casi a la perfección la sucesión de la vegetación a medida que se asciende en altura. También destaca por sus espectaculares paisajes, como las cumbres y circos glaciares, las imponentes muelas calizas, los barrancos y valles fluviales.

En la base de la montaña se encuentran carrascales y, siguiendo en altitud, aparecen especies caducifolias como el rebollo, mientras que en las cumbres y circos se encuentran pequeñas plantas rastreras como el enebro rastrero, sabina rastrera o piorno. Especial importancia tiene el hayedo, uno de los más meridionales de Europa. También aparecen especies propias de climas más norteños, como los robles.

El Moncayo supone un destino importante para muchísimas personas de las comarcas limítrofes. Sus perfiles suaves que se van dibujando en el paisaje en una franja de más de veinte kilómetros de largo. Durante gran parte del año la cima principal está nevada y las nieblas mitifican sus laderas, se trata sin duda de un macizo mágico y siempre atrayente.

Septiembre de un lejano 1989, un grupo heterogéneo compuesto por pioneros de la bici todo terreno: (izq. a dcha.) José María Fernández (responsable nacional de btt), José Antonio Barrios (prestigioso escultor), Víctor Barón (triatleta) y José María Ruiz (padre del mítico Nicolás Ruiz), conseguimos ser protagonistas en un escenario de aventura inolvidable.



La ascensión se realizó partiendo del pueblo de Beratón, en la parte trasera del Moncayo, para tomar la pista forestal, a la derecha del pueblo, que lleva a Talamantes y a la fuente de Los Frailes.



Sin duda este tipo de actividades despertaban el interés de la prensa, no en vano se trataba de un tipo de bicicleta desconocida hasta entonces.

Hoy en día este tipo de desafios están al orden del día , y el trayecto a seguir es muy conocido por los amantes de la aventura.


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